Homeopatía y pediatría
Cuando tenemos un hijo sabemos que algo sagrado sucede en nuestras vidas. Su felicidad, integridad y seguridad empiezan a ser los motores de nuestra vida, mucho antes que nuestras propias necesidades. Nos damos cuenta de que para su desarrollo pleno y saludable, necesita no sólo que le proporcionemos alimento, descanso y protección, sino también educación, reconocimiento y amor. Tenemos en cuenta la totalidad de su ser para proporcionarle bienestar físico, mental y emocional, porque si falta una parte de ello, comprendemos que no alcanzará un desarrollo armónico y equilibrado.
La homeopatía estimula las capacidades reactivas propias del organismo para curarse. Contempla que cada persona enferme de una forma distinta. Por eso los tratamientos son diferentes y varían de un individuo a otro, ya que no considera que existan enfermedades sino enfermos. Atiende a la persona como ser global, no desde la particularidad e independencia de una patología, sino como una totalidad.
LA HOMEOPATÍA SE PUEDE USAR COMO TRATAMIENTO CURATIVO, PREVENTIVO Y DE APOYO A OTROS TRATAMIENTOS
Para los niños los medicamentos homeopáticos son fáciles de tomar. Pueden darse directamente en la boca, disolverse en una cucharadita de agua o incluso en el propio biberón. La mayoría de las veces, la dispensación es en forma de gránulos de sacarosa y lactosa, por lo que su sabor es dulce y agradable. También puede presentarse en forma de gotas, pastillas o jarabe.
El medicamento homeopático ha demostrado su baja incidencia de reacciones adversas, que habitualmente son de intensidad leve, transitorias, reversibles y no crea dependencia ni interacciona con otros medicamentos.




Diseño Web Profesional
TOP